julio 06, 2011

JOE ARROYO: PATRIMONIO MUSICAL DE COLOMBIA



La música del Caribe colombiano es reconocida en todo el mundo por su alegría, tono y color. Inevitablemente una gran parte de la producción musical de las costas de Colombia, se relaciona con la celebración de carnavales, festivales o inclusive ritos funerarios como el Lumbalú de San Basilio de Palenque. Palenque precisamente es uno de los epicentros de la música del Caribe donde se hace más notoria la influencia de ritmos africanos; sus bailes y cantos son la muestra de una gran reverencia al ancestro de sus pobladores, manifiesta entre otras en agrupaciones como Son Palenque, Batata y las Alegres Ambulancias y el Sexteto Tabalá, y otras agrupaciones del Caribe como Wganda Kenya y Abelardo Carbonó y su conjunto. 

Esa riqueza musical de la costa sin embargo no se limita solamente a la herencia africana, y posiblemente el personaje que represente mejor la diversidad de los aíres musicales del Caribe colombiano sea Álvaro José "Joe" Arroyo. Aunque nacido en Cartagena, Joe es la costa en sí mismo; su voz recorrió tabernas, plazas y casetas en Sincelejo, Cartagena y Barranquilla antes de hacerse famoso con la agrupación Fruko y sus Tesos, y en adelante en una historia ya conocida por muchos colombianos que recitan de memoria sus canciones.



En la obra musical de Joe Arroyo se condensan tan variadas influencias como en ningún otro artista colombiano. Desde el citado legado africano representado en ritmos cercanos al Soukous congolés y en canciones como Si so gole o Yamulemao (original del cantante Laba Sosseh), hasta ritmos antillanos como la Soca y el Calypso (Musa original, Teresa vuelve, Centurión de la noche), pasando por la salsa (Tumbatecho, En horabuena, Con gusto y gana) y por supuesto los aíres propios del Caribe colombiano como la Cumbia, el Porro, el Chandé, el Fandango y el Bullerengue (De clavel, La tortuga, a Fulana).  

Una de las principales cualidades de la historia musical, es la reivindicación de la lucha de los negros, no sólo en cuanto a la libertad de los esclavos (relatada en la famosa canción Rebelión), sino también en la conservación de sus tradiciones como pueblo desde sus danzas y celebraciones, de los cuales el mismo Joe ha sido protagonista (especialmente el Carnaval de Barranquilla) hasta los elementos propios de la cotidianidad y ambiente costeños. Sin duda Joe Arroyo ha sido no sólo uno de los cantantes más versátiles de un país que a menudo encasilla su patrimonio musical en el vallenato, sino además parte de la identidad musical de los colombianos que cantaron y bailaron sus canciones en su juventud o que han crecido con su obra como fondo musical. 

Textos: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago R. Leuro

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