diciembre 25, 2012

PROVINCIA DE UBATÉ, CUNDINAMARCA

Laguna de Fúquene

La cultura Muisca, habitante del altiplano cundiboyacense era una de las más numerosas del actual territorio de Colombia. Antes de la llegada de los españoles existían ya varios poblados dispersos por la sabana de Bogotá, y el altiplano, de los cuales algunos conservan aún sus nombres originarios. En el año de 1538, en una accidentada expedición liderada por Gonzalo Jiménez de Quesada, los españoles llegan al territorio del altiplano, y en su azarosa ruta hasta la sabana de Bogotá, ingresan al altiplano por la región donde ahora se asienta Vélez, en Santander, Chiquinquirá en Boyacá, y por el territorio que hoy conforma la provincia de Ubaté.

Basílica Menor de Ubaté

La provincia de Ubaté, limita hacia el norte con el departamento de Boyacá, al oriente con la provincia de Almeidas, al occidente con la provincia de Rionegro, y al sur con la provincia Sabana Centro, regiones de Cundinamarca que como esta, que enfrenta acelerados procesos de industrialización que ponen en riesgo su entorno natural y su vocación campesina. Sin embargo, aproximarse a la provincia y visitar sus pueblos y veredas, es una oportunidad para conocer una de las regiones de más diversas de Cundinamarca en cuanto a patrimonio natural y cultural se refiere: páramos, lagunas, formaciones rocosas con vestigios prehispánicos, arquitectura colonial, iglesias y capillas, infraestructura ferroviaria, y un notable arraigo campesino expresado en la producción de productos como el maíz y los lácteos, pero así mismo intensas actividades mineras y agrícolas que van en detrimento de su medio ambiente y sobre las cuales las autoridades municipales y departamentales debe emprender acciones para su regulación.

Laguna de Fúquene

El valle donde se asienta una buena parte de la provincia corresponde al lecho de una antigua laguna de la que quedan como vestigios las lagunas de Palacio, Cucunubá y Fúquene. Actualmente la laguna de Palacio es un humedal cubierto casi en su totalidad por juncos y vegetación lacustre; la de Cucunubá aún conserva una buena porción de su espejo de agua pero también acusa un notable retroceso, debido en parte a la implementación de sistemas de riego que alteraron su cuenca y la comunicación entre los dos cuerpos de agua. Fúquene, que se deriva del vocablo Muisca "Lecho de la zorra", es por su parte el cuerpo natural de agua más grande del departamento pero también uno de los más amenazados. En el curso de los últimos 60 años ha perdido más de la mitad de su volumen pues sus orillas constantemente son desecadas para prolongar la frontera agrícola, y la contaminación derivada de la actividad agrícola ha propiciado el crecimiento acelerado del buchón y el jacinto, plantas que cubren un buen porcentaje del espejo de agua. Sin embargo (porque el agua tiene memoria), en épocas de invierno la laguna inunda una buena parte de las propiedades que rodean su orilla, recuperando lo que históricamente le ha sido arrebatado.

Municipio de Fúquene

La laguna fue un importante centro ritual para las cultural precolombinas habitantes del altiplano cundiboyacense, pero a partir del siglo XIX diversas empresas intentaron su desecamiento, de las cuales una de los más ambiciosas fue liderada por José Enrique París en 1852, quien impulsó la construcción de un túnel para acelerar la pérdida del cuerpo de agua. La construcción del ferrocarril del Norte, hizo que la laguna se convirtiera en uno de los escenarios naturales más visitados por las familias santafereñas, y a su vez con la adquisición de la isla el Santuario, por parte del poeta Antonio María "el Jetón" Ferro, esta se convirtió en una de las sedes del grupo poético de la Gruta Simbólica. Con la llegada del ferrocarril por su parte, se levantó una notable infraestructura que incluye las hoy abandonadas estaciones de Susa y Simijaca y un túnel a la orilla de la laguna.

Estación del ferrocarril del norte en Simijaca

En el municipio de Ubaté se erige la Basílica Menor, una de las principales obras de la arquitectura religiosa de influencia gótica del país. Sin embargo para la memoria de la región tal vez el templo que tiene mayor relevancia histórica sea la capilla doctrinera de Sutatausa, epicentro de la evangelización en el valle de Ubaté, y donde aún se conservan algunas de las máquinas de tortura utilizadas por los españoles en su afán de expandir la religión católica. Es tristemente célebre el suicidio colectivo en el que perecieron cientos de indígenas en 1541 al lanzarse desde el filo de las peñas de Sutatausa, ante la afrenta que supuso la evangelización forzada y la esclavización de la que fueron objeto; en los numerosos bloques de piedra de las laderas del farallón se conservan algunos vestigios de pictogramas que representaban su cosmovisión y se mantienen junto a algunos caminos como una de las más notables huellas del pasado prehispánico de la provincia.

Capilla doctrinera de Sutatausa

Peñas de Sutatausa

Además de Ubaté, Sutatausa, Simijaca y Susa, forman parte de la provincia los municipios de Fúquene, Lenguazaque, Guachetá, Tausa, Carmen de Carupa y Cucunuba. Este último, uno de los municipios de Cundinamarca que mejor evocan un pasado colonial de casas uniformes y calles empedradas. En cuanto a los recursos naturales que enmarcan la región, son notables los páramos del Soche, Peñalisa y Rabanal y el pico Sicuara, sin contar con tradición artesanal basada en el uso del junco que crece en la laguna de Fúquene, y la gastronomía típica de la región con platos como el mute de maíz pelado con pata, y otros que recogen influencias de regiones vecinas como Boyacá e incluso Santander.

Camino prehispánico en las peñas de Sutatausa

Los numerosos atractivos patrimoniales de la provincia demandan acciones para su recuperación y conservación; Respecto al patrimonio natural la creación de reservas como la del páramo de Rabanal en Guachetá son iniciativas que deberían favorecer la conservación de los ecosistemas propios de la montaña, pero que no frenan el avance de la minería. A pesar de acciones como la formulación de una estrategia para el manejo ambiental de la cuenca Ubaté-Suárez (Documento Conpes 3451, 2006) y medidas tomadas por la CAR como la construcción de un canal perimetral, no han sido suficientes para la preservación del cuerpo de agua de la laguna de Fúquene. Respecto a la preservación del patrimonio arqueológico, el Centro de Historia y patrimonio Cultural de Sutatausa ha emprendido acciones para su inventario y registro, elemento que debe ser base para la formulación de planes de manejo por parte de entes como el Ministerio de Cultura y el ICAHN, que garanticen el acceso a tales recursos sin comprometer su preservación. Adjuntamos enlace al documento de reconocimiento, documentación y registro de sitios con arte rupestre en Sutatausa:

http://openarchive.icomos.org/989/1/1.PROYECTO_ARTE_RUPESTRE_SUTATAUSA_INTRO.pdf


Iglesia de Susa

Textos: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago Rincón Leuro