junio 03, 2008

CAMINO REAL FACATATIVÁ - SASAIMA

En los límites occidentales de la sabana de Bogotá, se encuentra una de las rutas de comunicación entre esta región y el valle del Magdalena, alterno al camino nacional de Honda. Esta ruta inicia rodeada de cultivos de flores y granjas avícolas en un ascenso leve hasta el alto Sinaí, y luego en el bosque de niebla la rodean los sietecueros, encenillos, yarumos y bromelias.


Ya descendiendo del bosque de niebla, aparecen los primeros vestigios del camino real, que en algunos tramos ha sido readecuado recientemente, cruzando numerosas quebradas que nacen en la parte alta de la cordillera. El camino empedrado llega a la Granja la Victoria, una construcción de gran atractivo y finaliza en la línea ferrea, donde cambia el paisaje y el clima pues ahora se pueden ver frutales y fincas de recreo alrededor de la ruta.


Luego de un tramo por carretero despavimentado y 3 kilómetros por la vía pavimentada Bogotá - Villeta, el recorrido finaliza en el municipio de Sasaima a 1.191 metros de altura sobre el nivel del mar donde se pueden visitar la Capilla de Santa Bárbara y la Iglesia de San Nicolás de Tolentino. Los primeros pobladores de esta zona fueron precisamente los indios Sasaimas, pertenecientes al grupo de los Panches, y su legado ha quedado plasmado no solo en el trazado del camino, sino además en uno de los petroglifos más grandes del país: el monolito Panche, una afloración rocosa, parcialmente cubierta por una quebrada, y tallada en toda su superficia por bajorelieves, y reliquia que forma parte del patrimonio cultural e histórico dejado por las culturas indígenas habitantes del departamento.



Fotos: Santiago Rincón Leuro
Texto: Fundación Senderos y Memoria