noviembre 04, 2010

CAMINO REAL VILLETA - GUADUAS

Camino real en el ascenso por la vereda Cune

Una etapa más del Camino Nacional de Honda esta vez en dirección al Río Magdalena, el tramo entre Villeta y Guaduas es uno de los más fuertes por su notable pendiente tanto en el ascenso como el descenso. Es necesario desplazarse unos kilómetros por la vía pavimentada hacia Guaduas para encontrar el camino en el carreteable que conduce hacia la escuela de la Vereda Cune. Por este mismo carreteable se cruza tres veces la quebrada Cune hasta la escuela, donde el ascenso se hace más pronunciado y aparece el camino, con algunos segmentos empedrados.


Alto del Trigo

Más adelante el prolongado ascenso continua por un carretero en medio de la vereda Quebrada Honda, en una zona donde se alcanza a ver hacia la izquierda la carretera pavimentada y su constante fluir de vehículos de carga. En el remate de la subida el camino se convierte en un sendero rodeado de espesa vegetación, hasta alcanzar el Alto del Trigo, punto más alto de la jornada a 1.800 metros, mil metros por encima del punto de partida. Ahora el descenso es continuo hasta la Quebrada San Francisco, que corre paralela a la carretera pavimentada. A lo largo de la ruta es usual encontrar cañaduzales y trapiches, así como naranjos y guayabos cerca del alto del Trigo.


Camino real en el descenso hacia Guaduas

El panorama cambia al cruzar la carretera y alcanzar la vereda la Cumbre, donde se divisa la Villa de Guaduas, así como el alto del Sargento y la cadena montañosa que sirve de límite del valle del Magdalena. Cambia también el panorama del camino pues de aquí en adelante su empedrado es continuo, amplio y conservado. Ahora el descenso se torna lento por el resbaloso empedrado y la continua pendiente, que tras cruzar tres veces más la carretera llega a Guaduas justo por el Obelisco, monumento al líder comunero José Antonio Galán, fusilado, desmembrado y cuya cabeza fue expuesta en la casa consistorial del pueblo "en la noche del 3 al 4 de Febrero de 1782 para ser exhibida en una escarpía a la salida de la ciudad sobre el camino real a Santafé" como lo reza la placa en su homenaje en dicha casa.


Monumento a José Antonio Galán, en el punto de entrada del camino a Guaduas 
donde fue expuesta su cabeza

 
Monumento a José Antonio Galán, en la casa consistorial 

En Guaduas sin embargo hay casas más famosas o por lo menos más publicitadas, como la casa de la heroína de la independencia Policarpa Salavarrieta, natural de Guaduas, y cuya casa natal funciona como un museo que entre muchos objetos expuestos busca rescatar la memoria de la Pola, como fue conocida comúnmente. Guaduas es un municipio con grandes atractivos patrimoniales: la casa del patio del Moro, un curioso museo que funciona en una casa colonial, la alcaldía, antiguamente convento, la iglesia de San Miguel, la bizcochería el Néctar, representante de la gastronomía de la región, el mirador de la Piedra Capira sobre el valle del Río Magdalena, y por supuesto el camino real que continua hacia Honda en su jornada final.


Detalle de la Casa Museo de Policarpa Salavarrieta 


Texto: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago R. Leuro

noviembre 02, 2010

CAMINO REAL ALBÁN - VILLETA

Camino real en inmediaciones a Albán

Primera obra pública dada en concesión en la época de la colonia, el camino Nacional de Honda fue la ruta de entrada a Bogotá desde la costa norte y Europa, a traves del Río Magdalena hasta Honda, donde en unas cuatro jornadas los viajeros ascendían desde los 200 mts y las tierras cálidas del puerto, hasta la sabana de Bogotá. En sentido contrario el tramo entre Albán y Villeta, es un tramo de transcisión entre clima frío y cálido. Actualmente el empedrado comienza cerca del alto de la Tribuna para perderse hacia Bogotá con el trazado de la carretera pavimentada. En descenso el camino llega a Albán por un costado de la iglesia y continua de nuevo en el cementerio, donde se aprecia la magnitud de la obra con un empedrado uniforme, amplio y bastante conservado. Sin embargo poco después su empedrado se pierde ocasionalmente o su vera es invadida por un poliducto que altera notoriamente el paisaje de la vía.


Camino real cerca al Alto de la Cruz

El camino cruza la vereda de Pantanillo, en la carretera hacia Guayabal de Síquima. El empedrado allí se retoma en un corto ascenso donde el camino se rodea de fincas de recreo y casonas campestres, y se descuelga aún empedrado hacia el corregimiento de Chimbe, donde un monumento a la virgen y al cacique Chimbe anuncian la llegada al poblado. Allí, comienza un ascenso hacia uno de los puntos más reseñados en las crónicas de los viajeros de la colonia: el alto de Gascas.


 Descenso hacia Chimbe

El alto de Gascas es un paso por una cresta montañosa donde se ve hacia un lado la vertiente de los municipios de Bituima y Guayabal de Síquima, y hacia el otro lado la de Sasima y Villeta, municipio que incluso se puede divisar a lo lejos. Cuando se retoma el descenso se siente el cambio en el clima, en el paisaje, y de una zona en la que predominan las casonas y las fincas, ahora la caña y los trapiches son el nuevo elemento.


 Trapiche en el descenso hacia Bagazal

El descenso es continuo, esta vez por carreteables y segmentos del camino (que ocasionalmente se percibe debajo de los carreteables) hasta la vereda Bagazal, antigua estación ferrea ubicada a pocos kilómetros de Villeta, la capital de la panela. Desde allí, la mejor opción es tomar un jeep hasta Villeta pues el camino se ve reemplazado por la carretera pavimentada. Si el caminante quiere continuar el Camino Nacional debe prepararse para el fuerte ascenso al alto del Trigo, en una nueva etapa que lo conducirá hasta la Villa de Guaduas. Si lo prefiere puede descansar de una larga jornada en el municipio que en los últimos años se ha convertido en uno de los principales destinos de Cundinamarca para la práctica de deportes y actividades de aventura como rapel, canotaje o barranquismo.


Tramo final del camino en la estación de Bagazal


Textos: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago R. Leuro

noviembre 01, 2010

ARQUITECTURA RELIGIOSA DE TEUSAQUILLO

La llegada del siglo XX significó para Bogotá en algunos aspectos un paso del pasado republicano a la etapa de la modernidad, principalmente en materia urbana y arquitectónica. En materia religiosa, la modernidad también hizo su asomo de la mano del Arzobispo Ismael Perdomo, quien promovió la formación de nuevas parroquias en diferentes sectores de la creciente ciudad.


Iglesia de Santa Ana, Barrio Teusaquillo

Teusaquiilo, localizada en predios de antiguas haciendas al noroccidente de la ciudad de esa época, es una de las principales muestras de lo moderno en la ciudad. Sus casas de estilo inglés y frances constituyeron un hito urbano en el siglo XX y la construcción de centros religiosos vino de la mano con el proceso que se gestaba con la edificación de barrios como el mismo Teusaquillo y vecinos como Armenia, La Magdalena, la Soledad y Palermo.


Interior de la iglesia de Santa Ana

Ubicada en un predio triangular que ocupa casi en su totalidad, la iglesia de Santa Ana sobresale por su forma, su técnica constructiva y su ambiente interior. Construida entre los años 1936 y 1945, hecha en ladrillo expuesto exterior e interiormente, reinvindicó el ladrillo como el material bogotano por excelencia protagonista de la arquitectura del siglo en la capital, y precursora también de un estilo moderno en el que se reconocían diferentes influencias góticas, bizantinas y art-nouveau. Es en la actualidad uno de los centros religiosos más reconocidos en la ciudad por los servicios exequiales, desde los sacramentos de confesión y unción a los enfermos, hasta las misas exequiales de las que se celebran incluso más de 3 al día.


Iglesia San Alfonso María de Ligorio, Barrio la Soledad

Una de las devociones populares más grandes en la ciudad es la del señor de los Milagros de Buga. Sin embargo el principal lugar de devoción es la Iglesia San Alfonso María de Ligorio, consagrada a la virgen del Perpetuo Socorro cuya imagen corona su pórtico y su altar mayor. La iglesia data de la década del 50, aunque en su ornamentación interna es colonial en gran medida; esto se debe a que la iglesia fue destino de una gran parte de la ornamentación de la iglesia de Santa Ines, demolida en 1957 para darle paso a la carrera décima. En su interior se conservan altares, retablos y celosías de la antigua iglesia.


Altar de la Iglesia San Alfonso María de Ligorio

La devoción al señor de los Milagros surgió desde la iniciativa de su feligresía y se popularizó a tal punto que la iglesia se desborda de feligreses que buscan los favores del señor de Buga, y aunque muchas personas no conocen su nombre original, la identifican como "la iglesia de los catorces" sinómino popular de favor, y además día en el que se celebra la eucaristía del Milagroso.

  
Iglesia del Espítitu Santo, Barrio La Magdalena

Si la iglesia de Santa Ana es reconocida por los servicios fúnebres y la de San Alfonso por la devoción al señor de Buga, la Capilla del Espíritu Santo, ubicada en el barrio La Magdalena, lo es por ser el principal escenario religioso de la localidad en la celebración del sacramento del matrimonio. Aunque pequeña en comparación a las otras iglesias, la capilla es una pequeña joya, más austera pero con increibles vitrales y un peculiar estilo en el que resalta la torre rematada por almenas, y en el que como las otras sobresale el uso del ladrillo. Su construcción data de la década de los 40, bajo los diseños de la firma de arquitectos Feijóo y Sicard.


Interior de la iglesia del Espíritu Santo

La iglesia del Espíritu Santo está localizada al lado del Colegio Champagnat, en el sector donde se desarrolló la elegante urbanización La Magdalena. A pocas cuadras, pero en un sector obrero cercano a la casa de Jorge Eliecer Gaitán se levanta la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Santa Teresita. La iglesia surgió a partir de la devoción del padre Carmelita Luis Aizpuru, devoto de Santa Teresita y es un notable ejemplo de participación comunitaria pues su construcción fue posible en una gran medida por las actividades organizadas por la comunidad religiosa para los habitantes del sector, como catequesis, cursos y bazares. La iglesia de notable estilo gótico, comenzó a construirse en el año de 1928, año en el que el Arzobispo Ismael Perdomo bendijo la primera piedra, pero su construcción concluyó luego de varios años.


Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Santa Teresita

Aunque la iglesia es conocida como Santa Teresita, denominación del barrio en que se encuentra entre Teusaquillo y Palermo, está consagrada a la Virgen del Carmen y pasa a ser la tercera en la ciudad con este carácter, después de la iglesia de las Cruces y el Santuario Nacional ubicado en la Candelaria. Pero en imágenes, se suma una de gran importancia en la tradición religiosa del país: el niño Jesús de Praga, que fue la base y primera devoción en la iglesia de los Salesianos en el barrio 20 de Julio, antes de que se elaborara la imagen actual del Divino Niño.


Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, Santa Teresita

Teusaquillo, una localidad con nombre indígena pero referente de la modernidad en Bogotá, con sus iglesias y devociones es uno de los sectores de mayor interés patrimonial de Bogotá, retrato de la ciudad moderna manifestada en sus casas, parques, iglesias y barrios.


Textos: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago R. Leuro