agosto 25, 2010

CAMINO ANOLAIMA - FACATATIVÁ


De todas las festividades del departamento de Cundinamarca, la del Corpus Christi, celebrada en Anolaima, es tal vez una de las más vistosas. Este municipio frutero se encuentra enclavado en la región del Tequendama, cerca a Cachipay y Quipile y cada mes de junio se reunen sus habitantes (así como habitantes de municipios cercanos) a festejar el Corpus Christi en medio de carrozas que representan la riqueza frutera de la región.


Camino real en el bosque de niebla

Como muchos otros municipios de tierras templadas y cálidas, en éste existen caminos de comunicación que en fuertes jornadas llevan a las tierras altas de la sabana de Bogotá. El camino empedrado trepa por las paredes del occidente de la sabana en medio de espesos bosques en una ruta de entrada directa (y exigente) hacia Facatativá; en él se movían los productos destinados al intercambio comercial entre las diferentes regiones, particularmente con productos como café y frutas.


Ruinas en cercanías al camino real

Aunque el principal atractivo del camino es la exhuberante vegetación del bosque andino, la misma disposición del camino no deja de ser interesante. Las variaciones del camino fueron sorteadas con ingenio por sus constructores, por lo que sus características varían entre la amplitud de las zonas planas en el que adquiere gran protagonismo por las cercas de piedra que lo rodean, hasta abrirse paso en medio de túneles de vegetación en escaleras empinadas y angostas. La ruta asciende por la cuenca del Río Curí, siguiendo el curso del camino que parcialmente ha sido reemplazado por carreteros veredales.


Costado occidental del Cerro Manjui

Antes de llegar al bosque de subpáramo del Cerro de Manjui, se advierten las ruinas de lo que pareció ser una importante hacienda; aún se pueden adivinar entre las paredes derruidas, los amplios espacios interiores de la construcción. Desde el punto más alto en el Cerro de Manjui, por fin se ven las planicies de la sabana que se extienden hacia el oriente y comienza el corto descenso por un camino de empedrado compacto, hasta la población que marcó los límites entre el territorio de los Muiscas y las tierras de los Panches, y hoy es uno de los principales municipios del departamento.


Camino en la cima del cerro Manjui

Textos: Fundación Senderos y Memoria
Fotos: Santiago Rincón Leuro